Faltaban 10 minutos para que la Luna tapara por completo al Sol e Iván ya estaba nervioso. Con la bandera de su natal Guatemala de testigo, el denominado cazador de eclipses preparaba su cámara para inmortalizar el momento, esta vez desde las alturas. Ya son 8 en total los fenómenos que le han tocado presenciar, pero en esta ocasión lo haría a bordo de un avión. De pronto las luces se apagaron, dando paso a la completa oscuridad. El momento tan esperado por el cazador de eclipses había llegado. "Lo que más destaco de esta experiencia es el hecho de haber visto la sombra de la Luna proyectada sobre el manto de nubes. Eso es algo que nunca había tenido la oportunidad de verlo por estar en la Tierra y que para mí termina siendo como un trofeo que voy a poder colocar en mi vida", relató tras la emocionante experiencia.