Esta situación viene de la mano con las consecuencias fatales que se han registrado en este deporte. Una de ellas ocurrida hace un año, cuando la también mexicana Jeanette Zacarías, de 18 años, murió después de haber estado internada durante cinco días en un hospital luego de una golpiza en el cuadrilátero.
La mexicana Alma Ibarra se enfrentó el pasado sábado a la estadounidense Jessica "Caskilla" Mc Caskill, siendo la última quien resultó como ganadora tras un nocaut en el cuadrilátero del Tech Port de San Antonio, Canadá.
Sin embargo, el punto cúlmine del encuentro llegó cuando la boxeadora mexicana le rogó a su entrenador para que detuviese la pelea, lo que pudo ser captado por la transmisión de DAZN.
Según se apreció, al término del tercer round la boxeadora le dijo lo siguiente a su representante: "No, no, no, yo quiero llegar viva a mi casa".
Con una cara que reflejaba evidente angustia y ante la superación que ya venía acumulando por parte de su rival, Ibarra decidió dar un paso al costado y no continuar con las otras nueve rondas que restaban.
Alma Ibarra doesn't come back out and Jessica McCaskill retains her titles 😯#McCaskillIbarra | #RodriguezRungvisai pic.twitter.com/pHHeg9DVr1— DAZN Boxing (@DAZNBoxing) June 26, 2022
La súplica viene de la mano con las consecuencias fatales que se han registrado en este deporte. Una de ellas ocurrida hace un año, también en Canadá, cuando la mexicana Jeanette Zacarías, de 18 años, murió después de haber estado internada durante cinco días en un hospital luego de una golpiza en el cuadrilátero.
Ibarra, quien además es madre, podría haber recordado este episodio y con ello tomar la decisión de detener la pelea. Sobre todo si se considera que al informarse la muerte de Zacarías en ese entonces, emitió una dura opinión al respecto en redes sociales
"Nadie nos obliga a entrar en ese ring. Pero hay muchísimas cosas que deben cambiar… Somos personas con familia que nos espera en casa y no deberíamos ser vistos solo con ojos de dinero", dijo hace un año.
Por otro lado, la vida de Ibarra -además de sus logros en el boxeo- ha estado marcada por un secuestro del que fue víctima en febrero de 2020, cuando se preparaba para competir en el clasificatorio a los JJ.OO. de Tokio.
De acuerdo con El Universal, la deportista recibió una serie de amenazas telefónicas asociadas a su familia, llevando a que decidiera cumplir con lo que solicitaban sus captores: Salir del hotel donde se hospedaba.
Tras esto, Ibarra fue subida a un vehículo contra su voluntad y trasladada a un lugar de desconocido. Sin embargo, afortunadamente la policía logró dar con su paradero y concretar su rescate después de varias horas.