Michael Levitt, científico angloamericano israelí, dice que el confinamiento ha generado otros problemas: "el daño social por el abuso doméstico, los divorcios, el alcoholismo, ha sido extremo".
El Premio Nobel de Química en 2013, Michael Levitt, ha dedicado su vida a la ciencia y tiene su propio laboratorio de biología estructural en la Escuela de Medicina en la Universidad de Stanford. Pero desde el inicio de la pandemia, ha llevado todo su esfuerzo a analizar datos relacionados con el coronavirus.
En entrevista con The Telegraph, el científico angloamericano israelí fue categórico respecto de las medidas de confinamiento implementadas en el mundo: “creo que las cuarentenas no salvaron ninguna vida”.
Lee también: Nueva Zelandia confirma que no tiene hospitalizados con COVID-19 y hace cinco días no registra infectados“Creo que pueden haber costado vidas. Habrán salvado algunas vidas en accidentes de carretera y en cosas así, pero el daño social por el abuso doméstico, los divorcios, el alcoholismo, ha sido extremo. Y además están los que no fueron tratados por otras enfermedades”, añade.
Levitt considera que se tomaron decisiones sin la información necesaria: “creo que el verdadero virus fue el virus del pánico. Por razones que no me quedan claras, creo que los líderes entraron en pánico y la gente entró también, y creo que hubo una gran falta de discusión”.
Lee también: DW analiza la crisis por el COVID-19 en Chile: "Podría ser el próximo país en donde el sistema sanitario colapse"Luego, es más cauto en su apreciación. “No hay duda de que se puede detener una epidemia con la cuarentena, pero es un arma muy desafilada y muy medieval. Podría haberse detenido con la misma eficacia con otras medidas sensatas”, analizó.
Finalmente, fustigó a los epidemiólogos: “El problema con ellos es que sienten que su trabajo es asustar a la gente para que se encierre, para que se distancie socialmente. Así que dicen ‘va a haber un millón de muertes’ y cuando solo hay 25 mil dicen ‘es bueno que hayan escuchado mi consejo’".