Una vez que se produzca la muerte del máximo líder de la Iglesia, la Santa Sede debe desplegar un amplio operativo con estrictos pasos que culmina con la elección de un nuevo pontífice.
La salud del papa Francisco sigue con pronóstico reservado, lo que ha encendido las alertas desde el Vaticano, que en caso de fallecimiento del pontífice, debe realizar una serie de procesos y rituales.
A sus 88 años, Jorge Mario Bergoglio atraviesa un complejo cuadro por una doble neumonía, lo que llevó a que fuera puesto en ventilación mecánica no invasiva.
Cabe recordar que el papa Francisco se encuentra hospitalizado desde el 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma, y desde entonces el Vaticano ha entregado poca información sobre su estado.
Dado lo anterior, aquí te explicamos qué procesos hay que seguir una vez que muera la máxima autoridad de la Iglesia católica.
Una vez que muere un papa, esto debe ser confirmado por un médico. Según lo dispuesto por el protocolo del Vaticano, la constatación del fallecimiento se llevará a cabo en la capilla privada, en lugar de la habitación del pontífice.
Tras su muerte, el cuerpo será colocado de inmediato en el ataúd y presentado para la veneración de los fieles con el féretro abierto. Se elimina el traslado previo al Palacio Apostólico, y el ataúd será llevado directamente a la Basílica de San Pedro.
Durante la exposición, ya no se dispondrá el báculo papal junto al féretro, y el rito de entierro se simplificará, suprimiendo la práctica de la doble o triple sepultura. Además, se amplían las alternativas para la inhumación fuera de la Basílica Vaticana.
En cuanto al papa Francisco, ha expresado su deseo de ser sepultado en la Basílica de Santa María la Mayor, una de las cuatro principales basílicas de Roma.
Tras la muerte de un papa se decretan 9 días de luto. Durante ese tiempo el Vaticano suspende sus audiencias y organiza el funeral que ocurre entre el cuarto y sexto día tras su fallecimiento.
Hasta antes del papa Francisco, los papas eran sepultados dentro de tres ataúdes colocados uno dentro de otro: uno de ciprés, otro de zinc y el tercero de olmo.
Pero tras su llegada y la serie de reformas que impulsó, esto se cambió y se estableció que su entierro se realizará en un solo ataúd de madera revestido de zinc.
El Cónclave para la elección del nuevo papa se llevará a cabo dentro del territorio de la Ciudad del Vaticano, en espacios específicos y restringidos al acceso de personas ajenas al proceso.
Esto se hace con el fin de garantizar la privacidad de los Cardenales electores como la participación de quienes, por derecho legítimo, están llamados a colaborar en el desarrollo normal de la elección.
El derecho de elegir al nuevo pontífice corresponde exclusivamente a los Cardenales de la Santa Iglesia Romana, con la excepción de aquellos que hayan cumplido 80 años antes del fallecimiento del papa. El número de Cardenales electores no puede exceder los ciento veinte.
El proceso para elegir al nuevo líder de la Iglesia se llevará a cabo exclusivamente en la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico Vaticano, un espacio que permanecerá completamente reservado hasta la conclusión del proceso.
Durante el proceso de elección, queda estrictamente prohibido que los Cardenales electores accedan a exponerse en la prensa escrita, programas de radio o televisión.
Para que la elección nuevo papa sea válida, se requiere el voto favorable de al menos dos tercios del total de electores presentes.
Los cardenales votan repetidamente hasta que se alcanza una mayoría de dos tercios. En caso de que una votación termine sin una mayoría clara, el humo es negro. Cuando se alcanza una decisión, el humo es blanco.