Sergio Pérez Novoa, persecutor a cargo de la investigación, detalló que Breant Rivas estaba realizando un procedimiento policial tras una llamada de vecinos. Además, dijo que no está determinado si el fallecido portaba chaleco antibalas.
Nuevos antecedentes han surgido sobre el asesinato del carabinero Breant Rivas, quien perdió la vida a manos de un delincuente en Chillán Viejo durante un procedimiento policial.
El hecho, que generó gran repercusión a nivel político, ocurrió en la madrugada de este jueves en la Región de Ñuble, donde se confirmó que el uniformado tenía solamente 23 años y un hijo de dos meses.
Con el correr de las horas, el fiscal Sergio Pérez Novoa, detalló que Rivas y otros funcionarios estaban realizando rondas tras el llamado de vecinos por vehículos sospechosos que transitaban por un pasaje.
Allí, el persecutor describió que tres policías fiscalizaron a pie un automóvil, donde verifican que había al menos dos individuos dentro de éste, llamándolos para realizarles un control de identidad.
“Ambas personas descienden y pretenden darse a la fuga. En ese momento aparece un tercer sujeto en el sitio del suceso por un costado de los Carabineros y con un arma de fuego le dispara a uno (de los funcionarios) que pretendía evitar que el otro se diera a la fuga”, explicó Rivas.
Si bien señaló que aún se están recopilando más antecedentes, el fiscal afirmó que el Brean Rivas “recibió dos balazos por la espalda, al menos”, perdiendo la vida un par de horas más tarde.
Consultado sobre si el uniformado estaba portando chaleco antibalas, el persecutor indicó que por el momento no tiene esa información.