La inflación y el aumento de la UF han provocado un alza de precios en diversos productos, entre ellos, los planes de Isapre. Si bien antes eran las Isapres las que regulaban sus adecuaciones, la nueva ley faculta a la Superintendencia de Salud para fijar el tope máximo, el cual este año se estipuló en un 7,6%. Lo que más le preocupa a los expertos es que estas resoluciones no son muy claras, pues solo los que sabían que había plazo hasta el 30 de mayo pudieron acceder a un posible congelamiento de alza tras presentar un reclamo a la Superintendencia, Corte de Apelaciones o mediante un abogado. Pero las apelaciones aprobadas por la Superintendencia provocaron gran malestar en la Isapres, puesto que según ellos, con esto se incumple la propia ley.