No intimidaban a nadie y
cosechaban millonarias ganancias, llegando a ser, según ellos, la envidia de los narcotraficantes del sector que veían como su patrimonio crecía y crecía.
Se trata de una
banda dedicada al robo de camiones, la que por años sustrajo estas máquinas que para los afectados era verdaderamente perder todo. Fue tanta la frustración que
una de las víctimas organizó una agrupación.
"Te sientes frustrado de no poder hacer algo con tus propias manos. Es tanta la rabia que sientes cuando ves que estos tipos estuvieron afuera de tu casa y se llevaron la herramienta de trabajo de tu papá.
Da una impotencia que te lo encargo", comentó esta persona, que optó por resguardar su identidad, a CHV Noticias.
Quizás para canalizar aquella rabia descrita, este afectado decidió ocupar las redes sociales. La información que logró recoger de más de dos mil personas, desde Lo Prado y alrededores, fue de tal importancia que
llevaría a la policía a todo un descubrimiento.
No eran delitos violentos
Las indagatorias de la Fiscalía y la
PDI pudieron corroborar que los sujetos no cometían delitos violentos. Además, las
máquinas eran de un mismo modelo y marca de camiones 3/4, cuando sus dueños o conductores los dejaban estacionados en la vía pública, siendo llevados generalmente a
Chillán.
¿Qué más se descubrió? Que la organización tenía una verdadera industria del robo, liderada
nada menos que por un recluso, Manuel Barrera Urra, por lo que únicamente hacía los encargos de los vehículos a sus brazos operativos.
El paso siguiente era el "blanqueo" para poner los camiones a la venta y que hizo que, según las conclusiones que ha ido sacando el Ministerio Público, Barrera Urra y compañía comenzaran a obtener un
patrimonio cercano a los mil millones de pesos.
El clan familiar estaba
integrado por aproximadamente ocho personas, quienes compraron 15 automóviles de media y alta gama en un año y medio, además de tres propiedades.
Lujos en San Ramón
La casa en la que habitaba Barrera Urra llamaba la atención en
San Ramón. Desde allí, donde pasó
la libertad vigilada siendo monitoreado con una tobillera electrónica, hablaba constantemente con sus padres por teléfono.
A ellos les comentaba que estaba resguardado por la "envidia" que generaba su casa con los narcotraficantes del sector, por lo que estaba constantemente en alerta.
En un allanamiento, la PDI constató que tenían
piscina, jacuzzi, cámaras en puertas y techos, un closet con caras prendas de vestir y una caja fuerte que contenía pasaportes, por lo que las intenciones de salir de Chile eran reales.
El fiscal
Sebastián Gana, de la Fiscalía Centro Norte, afirmó que "se ha logrado obtener mayor información
del paradero actual de todos los vehículos que se sustrajeron de la Región Metropolitana".
En total, 15 personas fueron detenidas, de las cuales
cinco quedaron en prisión preventiva luego de que se acreditara la asociación ilícita y el lavado de activos. Entre ellos está el hijo del cabecilla, quien se dedicaba a robar los camiones.
Además,
se decomisaron los autos de lujos y las autoridades apuntan a la casa, por lo que están juntando pruebas para comprobar que la remodelación del hogar fue vía negocios ilegales.
Una arista más son los contactos con los que contaban para reinscribir las máquinas.
Funcionarios públicos que serían sus nexos y que todavía no han sido detenidos, parte vital del engranaje delictual.