El comercio ambulante se ha tomado numerosas calles del país, convirtiéndose en un verdadero negocio para el crimen organizado que vende o arrienda las calles a millonarias sumas de dinero. Un puesto en el barrio Meiggs en temporada alta puede llegar a costar 5 millones de pesos. Durante días estuvimos ahí, donde los delitos han aumentado considerablemente en presencia de estructuras criminales.