Martín Ithurbisquy se encuentra en Arusha, Tanzania, donde junto a la ONG Meraki Bay creó un proyecto para entregarles mascarillas y otros insumos médicos a la población del lugar.
Meses atrás, Martín Ithurbisquy, un joven chileno de 25 años, partió a Sudáfrica a realizar un voluntariado.
Debido a la aparición del coronavirus y al miedo a la posibilidad de no poder abandonar dicho país, este compatriota viajó a Zambia. Sin embargo, también tuvo cruzar la frontera.
Su destino final era Arusha, Tanzania. El camino no fue fácil, ya que tuvo que realizar una cuarentena de 14 días, antes de volver a cambiarse de país.
Lee también: "A este sector nadie ha venido": Vecinos del Cerro 18 dicen sentirse abandonados en medio de pandemiaEn conversación con CHV Noticias, este joven relató que “para los turistas es súper estricto, hay militares que te resguardan todo el día”.
Ya desde Arusha, donde hay dos casos confirmados de COVID-19, contó que “la gente no sabe mucho (sobre el virus), que es solo de blancos, que no afecta a la raza negra”.
Consultado por si esto le ha traído problemas, señaló que en algunas oportunidades le han gritado en la calle “no, corona, no, corona”, en rechazo por su color de piel.
Lee también: Chilenos varados en la India piden retornar al país: "Seguimos acá, viendo cómo los precios suben y la xenofobia aumenta"Pese a la pandemia mundial, Martín no quiere perder el tiempo y por eso, junto a la ONG Meraki Bay, crearon un proyecto que busca juntar US$ 5 mil para comprar mascarillas, máquinas de cocer para crearlas, e insumos médicos para los habitantes de la ciudad.
Pese al lejano lugar donde se encuentra, aseguró: “Me llevo la gratitud y con la sencillez que la gente vive”.