Hace más de un año, Ana Serres comenzó con las ollas comunes en La Pintana, generando un estrecho lazo con sus vecinos y las problemáticas que los afectan. Pero además de esta gran iniciativa, decidió crear un espacio para que niños y niñas puedan convivir y soñar.
Junto a Isidora Vicente, directora ejecutiva de Fundación Por Todas, conocimos a Ana Serres, más conocida como La Pilo en la Villa Primavera de La Pintana. Esta mujer reparte comida y mantiene una relación cercana con sus vecinos. Hace mas de un año de haber iniciado las ollas comunes, sigue entregando almuerzos a quienes no pueden costear un plato de comida, pero el cansancio se ha ido acumulando, las donaciones disminuyendo y en su puerta siempre golpean realidades diferentes. Su determinación hace pensar que se puede lograr todo. Esta mujer fuerte vivió una infancia complicada, pasando un tiempo en la calle. "Tú no te puedes quedar con el pasado, imposible. Si yo me quedase con el pasado, no sería lo que soy ahora", dice. La Pilo también inspira a los más pequeños del barrio con un rincón tecnológico. "Es un refugio para los niños porque también vienen a compartir con más niños", cuenta. "Nosotros no vamos a lograr que ellas hagan impacto, porque ellas ya lo hacen. A través de nuestras redes, de nuestro apoyo, de ustedes, es poder amplificarlas, que las conozcan y encontrar financiamiento que apuesten", plantea Vicente.