"Estoy bien, tu gato también. Todos estamos bien. Estoy con buenas notas". Así comenzó la emotiva carta que envió Gatito a su madre, Pincoya, y que hizo que la jugadora rompiera en llanto al leerla a viva voz frente a algunos de sus compañeros en Gran Hermano. Tras un inesperado aviso por altoparlante, la chilota abrió el cajón de las encomiendas en la casa y se percató de la presencia del escrito. Y apenas vio el nombre del remitente, su voz se quebró y sus ojos se pusieron vidriosos. "El gato está bien alimentado", reiteró el pequeño, desatando la ternura entre los presentes.