Si bien esta fecha corresponde a una celebración cristiana, la historia tiene sus inicios en los romanos, celtas e incluso vikingos. Asimismo, te sorprenderías al saber que efectivamente sí hay un día para armar el arbolito, aunque no es obligación. Estos son los detalles.
En un abrir y cerrar de ojos llegó diciembre, y con ello la celebración de las fiestas de fin de año que comienzan con Navidad. Se trata de una especial época que no solo está cargada por los quehaceres relacionados, sino que además por la nostalgia y la unión familiar.
Bajo dicha premisa, las primeras actividades vinculadas al festejo de la Navidad están marcadas por la llegada de los adornos ya característicos, como es el caso del arbolito.
Armar el árbol de Navidad, generalmente, corresponde a un acto familiar que se realiza los fines de semanas o en algún día donde exista el tiempo necesario para montar esta estructura que cuenta con luces, bolas brillantes, figuras del Viejo Pascuero o juguetes, entre otros elementos.
Pero si queremos darle un mayor sentido a este rito navideño, tal vez sea importante conocer cuál es el origen de esta tradición y, de la mano de lo anterior, descubrir cuál es la fecha en la que se debería hacer.
Los primeros antecedentes sobre la existencia de un árbol de Navidad de remontan a los siglos II y III d.C, cuando los romanos paganos se dedicaban a adornar las calles y sus casas con luminarias para honrar a Saturno en las denominadas Saturnales, desarrolladas entre el 17 y 23 de diciembre, que marcaban el fin del invierno y la bienvenida a un nuevo "periodo de luz".
Sin embargo, de acuerdo con lo consignado por National Geographic, fueron los celtas quienes iniciaron la tradición de decorar los robles con frutas y velas durante los solsticios de invierno, simbolizando la reanimación del árbol que permitiría asegurar el regreso del sol y la vegetación.
¿Cuándo irrumpe el cristianismo? La respuesta se remonta a una leyenda que habría ocurrido en Alemania en el siglo VIII, cuando el misionero cristiano Bonifacio taló un árbol de roble que estaba consagrado a Thor, dios del trueno, en la región de Hesse y que correspondía a una creencia de la cultura vikinga. Pero ojo, hablamos de la deidad nórdica, no del Thor Marvel.
En dicha tradición, cada año durante el solsticio de invierno, se le ofrecía un sacrificio. Pero tras la llegada de Bonifacio y la tala de dicho símbolo, éste instauró un nuevo elemento que daría origen al actual árbol de Navidad.
Se trató de un abeto, que correspondía a un pino, el cual este apóstol entregó como un árbol de paz que "representa la vida eterna porque sus hojas siempre están verdes" y porque su copa "señala al cielo".
Si bien no es una obligación seguir al pie de la letra el siguiente cronograma, tal vez pueda llamarte la atención que efectivamente sí existe una fecha en la que se debería armar el árbol de Navidad.
De acuerdo con la religión cristiana, este sería el 8 de diciembre al conmemorarse Día de la Inmaculada Concepción, lo cual se remonta a 1854 por una declaración del Papa Pío IX.
Pero hay una segunda fecha a considerar según el catolicismo: Se trata del día en que comienza el Adviento, periodo de preparación para las fiestas que abarca los cuatro domingos previos al 25 de diciembre.
Es decir, si lo llevamos al calendario actual, el día ideal para haber armado el arbolito era el pasado 27 de noviembre.
Asimismo, si nos enfocamos en las tradiciones, es necesario recordar que en caso de tener instalado un pesebre, la figura del niño Jesús no debe ponerse hasta el día de su nacimiento y los Reyes Magos deben aparecer el 5 de enero, tal como cuenta la Biblia.