“Me quitaron mi infancia... todo”: Hablan las víctimas de macabra red de pedofilia en Chillán
Un reportaje de CHV Noticias siguió el caso de la red de pedofilia liderada por Marco Antonio Orellana Basáes, quien junto a otros hombres cometieron actos de significación sexual contra menores por más de una década.
Lunes 27 de enero de 2025 | 08:29
A mediados de diciembre de 2024, el Tribunal Oral en Lo Penal de Chillán condenó a 14 personas por su participación en una macabra red de delitos sexuales y pornografía infantil.
El principal condenado, Marco Antonio Orellana Basáes, fue imputado por 14 hechos que cometió contra una de las afectadas. Estos fueron perpetrados desde que ella tenía 8 años, y no solo incluyen violaciones y abuso sexual.
El individuo, además, contactaba a hombres para que cometieran actos de relevancia y significación sexual en su contra. Cinco de los 14 sujetos fueron condenados, también, por almacenamiento y producción de material pornográfico infantil.
Un reportaje de CHV Noticias recogió el testimonio de la joven y de otras que fueron abusadas por esta red de pedofilia. Ellas relataron su experiencia para alertar sobre estos sujetos, algunos de los cuales siguen en libertad.
El relato de víctima de red sexual en Chillán
"Yo lo conocí porque me hacía clases particulares, como a los 6 o 7 años. Muchas veces él me mostraba material pornográfico de todo estilo y me tocaba debajo de la falda", relató en exclusiva a CHV Noticias la víctima, quien decidió no mostrar su rostro para proteger su integridad.
Fue ella quien pidió poder contar la terrible experiencia que enfrentó al ser abusada y violada no solo por él, sino por distintas personas.
Una de las razones que expuso para contar su historia es para que en todas las regiones se sepa quién es Orellana Basáes, alguien que ella define como despreciable, en una historia que comenzó en una habitación con lápices, cuadernos y un computador.
"Primero se sentaba al lado tuyo, te tocaba las manos y te decía que todo estaba bien. Me decía 'que eres muy linda, muy bella'", recordó. Decían que era un hombre tranquilo y que sabía mucho. Un profesor de religión adventista, lactovegetariano.
"Me hizo sentir mal con mi cuerpo. Así como que yo no me veía bien y yo me lo empezaba a creer, sobre todo en esa edad, uno se preocupa mucho", relató. "Ahí empezó él a meterme en ese mundo horrible, a ese mundo que ningún niño debería estar en eso".
Tiempo después de las clases particulares, Orellana comenzó una relación con la mamá de la víctima. Según la investigación, había sido en ese momento un sostenedor económico social. Empezó masajeando a la madre, poco a poco lo hizo a la pequeña. Se aprovechó no solo de ella sino de los problemas de salud que tenía.
"Yo sufría de jaquecas pero no un simple dolor de cabeza, mis jaquecas eran con vómitos, entonces, supuestamente, eso me hacía para que se me pasara, también para el cuidado de mi piel. Supuestamente, para verme más bonita", contó la víctima.
A fines de diciembre se detuvo al último acusado de ser parte de la máquina de delitos de connotación sexual. Se trata de Daniel Fernando Fuentes Yáñez, formalizado por abuso, violación y producción de material pornográfico infantil. "Es uno de los peores, psicópata. Es un peligro porque era un brazo derecho, ayudaba a buscar personas", sostuvo la joven.
"La verdad es que eso a mí me provoca temor. Me da miedo porque, de repente, me da cosa salir de mi casa y encontrármelo por casualidad, o que me puedan hacer algo, o que me digan algo o que sigan abusando de más niños. Eso es horrible", dijo sobre los abusadores.
El relato de otra de las víctimas de Orellana
Otra víctima que conversó con CHV Noticias conoció a Orellana desde quinto básico, la acompañó por algunos años en su aprendizaje mientras él aprovechaba de tocarla. Según su relato, hay otro punto más.
"Él era súper amoroso", recordó. "Yo creo que lo primero era que cuando él me enseñaba, a él le gustaba mucho tocarme por ejemplo los brazos, hacerme cariño, un masaje en la espalda".
"Empezó a mostrarme cosas en su celular, que hablaba por ejemplo con sus otras alumnas. Me mostraba fotos de una de sus alumnas. Por ejemplo en la cama, con lencería', dijo la mujer.
"A mí me mostraba la foto y me decía 'viste que ella es hermosa, mira, tengo esta que la saqué ayer'. Mi mamá a veces se venía a dar una vuelta, mi papá también, igual para dejarme tranquila", relató.
"No quiero más niños o niñas como yo. Me quitaron mi infancia, me quitaron todo", cerró una de las víctimas de la red de pedofilia de Chillán.