Desde una de las casas que no había sido afectada por el incendio en el cerro Ramaditas comenzó a emanar olor a putrefacción que alarmó a los vecinos que hicieron la denuncia revelando un macabro hecho. Un hombre mató a una mujer y a su hija, y enterró sus cuerpos bajo el mismo dormitorio que el sujeto les arrendaba. Tras un mes de ocurrido el asesinato, la descomposición alertó a los vecinos.
Lunes 28 de abril de 2014 | 09:40