Quienes asisten frecuentemente al consultorio número 5 se han visto enfrentados a la peleas y violencia entre pandillas y comerciantes ambulantes. Una situación que es insostenible día a día desde que se levantó la cuarentena en la zona el pasado 17 de agosto.
Vecinos y trabajadores del sector de barrio Meiggs se enfrentan diariamente con una realidad compleja ante las mafias y pandillas que amenazan la zona. Siendo principalmente los funcionarios del Cesfam (Centro de Salud Familiar) número 5 las víctimas de la violencia que aumentó desde el pasado 17 de agosto, cuando el emblemático barrio salió de cuarentena.
Diferentes registros han captado las peleas con armas blancas y objetos contundentes que, en algunas ocasiones, tiene como víctimas a los trabajadores y pacientes del consultorio que se refugian en el recinto de salud al momento del peligro.
De acuerdo con Patricia Méndez, directora de Servicio de Salud Metropolitano Sur, "es una guerra permanente, se producen guerras de pandillas y de bandas a la salidas y todo el perímetro del Cesfam. (Los funcionarios) no pueden llegar en forma segura y tranquila a sus trabajos", explicó.
Mientras que José Arturo López, director del Cesfam número 5, indicó que para evitar exponerse "tratamos de organizarnos internamente en grupos para que ninguno vaya solo al metro o a la locomoción colectiva".
Lee también: “Operación Meiggs”: Autoridades fiscalizaron el barrio comercial en busca de reducir aglomeraciones"Se escuchan harto los asaltos. Al final lo que se escuchan son los gritos de las personas cuando son asaltadas; por lo menos escucho un asalto diario. Y las peleas, lamentablemente se pelean por los puestos", relató una funcionaria que pidió resguardar su identidad ya que además ha sido víctima de amenazas por parte de estas pandillas.
Esta trabajadora junto a una compañera fueron violentadas al negarse prestar el baño del recinto de salud a comerciantes ambulantes. Esto debido a las medidas sanitarias y de seguridad para evitar contagios de COVID-19 tanto al interior como al exterior del propio Cesfam.
"Recibimos garabatos. Recibimos escupos (...) y en una de esas vino una joven y simplemente cuando yo le estaba dando la explicación me golpeó con un golpe de puño", indicó una de las afectadas. Mientras que otra de las víctimas detalló que la agresora "nos amenazó con que nos iba a esperar afuera de nuestro trabajo".
Otra preocupación se suma a los hechos de violencia ocurridos en el barrio. Ya que hasta el momento las peleas "son con palos, con fierros, con armas blancas. Y lo que tenemos mucho miedo también es que algún día incluyan armas de fuego, una bala loca que le llegue a alguien acá también y que salga alguien herido gravemente. Y también el hecho de que vayan a a llegar esos heridos acá, esto no es un centro de urgencia", declaró una trabajadora.
Lee también: Desbaratan centros clandestinos que abastecían a comerciantes ambulantes en barrio MeiggsEl tránsito de las ambulancias también se ha visto truncado por la gran cantidad de comerciantes ambulantes que repletan las calles y que incluso utilizan la zona demarcada para este vehículo de emergencia.
Pablo Muñoz, conductor paramédico de la ambulancia del consultorio 5, señaló que "si uno toca la bocina es el garabato y la agresión a la ambulancia" lo que recibe por parte de estos grupos, por lo que es "mejor quedarse callado a responder".
Además, hizo hincapié en la dificultad para trasladar pacientes de manera urgente, ya que en algunas ocasiones "me he tenido que dar hasta dos vueltas a la manzana para poder estacionarme ahí".
Por su parte, Carabineros insiste en que hay un trabajo diario en el emblemático barrio comercial. De acuerdo con el mayor Héctor Canales, de la tercera comisaría de Santiago, "aproximadamente hay 60 carabineros dentro del barrio Meiggs, pero dada la cantidad de gente que recurre diariamente a este barrio es que puede que la sensación de presencia policial se vea un poco diluida".
Hoy el Cesfam se encuentra realizando diferentes medidas internas para brindar mayor seguridad a sus usuarios y pacientes, así como también han solicitado a la intendencia que intervenga el sector. El director del recinto detalló que "hemos incrementado la cantidad de vigilantes al interior del Cesfam. Hemos cerrado las puertas para que el acceso sea muy filtrado".